En un esfuerzo por poner de manifiesto el sufrimiento de sus familias, los hijos de los presos palestinos recluidos en las cárceles israelíes entregaron ayer una carta de 100 metros de largo al funcionario de la Cruz Roja en la ciudad de Gaza en la que se exponían las violaciones de la ocupación contra los detenidos.

Actualmente hay seis presos palestinos en huelga de hambre, en protesta por las condiciones de su detención, mientras que más de 4.700 palestinos están recluidos en las cárceles de la ocupación. A muchos de ellos no se les permite recibir visitas de sus familiares o están recluidos en régimen de aislamiento durante periodos prolongados.

De los detenidos, más de 500 se encuentran en régimen de detención administrativa -sin cargos ni juicio- durante periodos renovables de seis meses. Amnistía Internacional ha descrito la política de detención administrativa de Israel como una "práctica cruel e injusta que contribuye a mantener el sistema de apartheid de Israel contra los palestinos".

Al recibir la carta, el jefe adjunto de la oficina del CICR en Gaza, Nicholas Gerard, dijo: "No puedo ni siquiera imaginarme el sufrimiento y el dolor que deben sentir los niños cuando son separados de sus seres queridos".

La carta fue entregada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) porque desde 1968 facilita las visitas de los familiares a los detenidos palestinos en los centros de detención israelíes.

"Esta actividad es fundamental" para el CICR, dijo Gerard, "y ponemos todo nuestro empeño en poder llevar a cabo esta misión".

Las visitas se suspendieron "durante dos años debido a COVID-19", explicó Gerard, pero se han "reanudado desde marzo".

Los delegados del CICR visitan a los detenidos palestinos en las cárceles israelíes, incluidos los que están en huelga de hambre. Garantizan los contactos familiares críticos a través de mensajes de la Cruz Roja, saludos orales y el programa de visitas familiares del CICR, coordinado con las autoridades israelíes, explica la organización en su portal web.